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| Portada de Baila la araña en su tela con dibujo de Isabel F. Echeverría |
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Fernando Arrabal, Paco Nevado y AF Molina
LOS ENCUENTROS EN LA LIBRERÍA CERTEZA |
C/ Parque, 41, sector TORRERO * 50007 ZARAGOZA * Tel 976 272 907
UN ESPACIO DE ENCUENTRO Y APROXIMACIÓN A LOS LIBROS
Querid@s amig@s:
Os invitamos muy cordialmente al próximo de nuestros ENCUENTROS el
próximo día 20, jueves, a las 8 de la tarde, al
Homenaje a Antonio Fernández Molina:
"Baila la araña en su tela"
El libro Baila la araña en su tela, colección Los libros del Señor Nicolás, es obra original del poeta manchego/aragonés, fallecido en 2005, Antonio Fernández Molina. La obra recoge una serie de poemas infantiles compuestos por Fernández Molina y hasta la fecha inéditos de cuya ilustración se ha encargado la pintora y grabadora Isabel F. Echeverría, hija del autor. Al cuidado de la edición Raúl Herrero, poeta y editor de Libros del Innombrable.
Fernández Molina nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en 1927 y compaginó la poesía con el periodismo, la pintura y la crítica de arte. Realizó una singular obra tanto en la narrativa (Solo de Trompeta, El león recién salido de la peluquería o En Cejunta y Gamud, entre otras), como en la poesía (recopilada en tres tomos de Poesías completas), como en el teatro y como en el ensayo (donde destacó con
obras sobre la Generación del 98, Salvador Dalí o Pablo Picasso).
También llevó a cabo una extensa obra como artista plástico, en la que destacaba su particular sentido del color. Fue amigo de Miguel Labordeta, lo que le decidió a instalarse en Zaragoza, ciudad en la que falleció.
La colección de poemas que componen el libro "BAILA LA ARAÑA EN SU TELA" contienen sugerentes y divertidos juegos de palabras, y todo un mundo surrealista y disparatado que divierte y entretiene a los niños al tiempo que estimula su imaginación.
En el acto intervendrán
Isabel F. Echeverría
Pintora, grabadora e ilustradora.
Ha realizado más de 30 exposiciones individuales y otras tantas colectivas, además de ediciones de grabados y serigrafías. Algunos dibujos suyos han servido para ilustrar libros y revistas. Cercana al mundo de los niños por los talleres que imparte, ha ilustrado cada uno de los poemas que componen este libro intentando recrear el espíritu lúdico que lo recorre de principio a fin.
Raúl Herrero, poeta y editor de Libros del Innombrable, quien nos recitará algunos de los poemas
Os esperamos el próximo jueves, 20 de diciembre, a las 20 h.
Sobre Antonio Fernández Molina:
Tras dejar Papeles de Son Armadans y Mallorca, en 1975 se establece con sus seis hijas y su esposa en Zaragoza. Miguel Labordeta había muerto en 1969 y su ausencia será un constante motivo de nostalgia para el poeta. Sin embargo, en la familia Labordeta encuentra un sólido apoyo que le facilitará los diarios avatares.
En esta ciudad vivirá hasta su muerte en el año 2005. Zaragoza, y por tanto Aragón, será el lugar donde pase más tiempo de toda su vida. Molina participa activamente en la vida artística y literaria de la ciudad. Organiza en 1983 la Semana de Aragón en Nueva York, ofrece con asiduidad conferencias en diversos puntos de la comunidad, participa
en la creación de las revistas literarias El pelo de la rana y
Almunia; publica más novelas; también dos volúmenes que recopilan su teatro; desarrolla su vertiente de creador de peculiares guiones cinematográficos y de aforismos, a los que nombra Musgo; su poesía continua su crecimiento; impulsa una buen parte de su obra plástica y, sobre todo, su personalidad influye en el ambiente, así como en artistas y poetas de diversa índole. A pesar de no haber nacido aragonés pocos artistas han dejado una huella tan indeleble en el paisaje de Aragón.
En el año 2003, coincidiendo con los 50 años de la aparición de sus primeros poemarios, Libros del Innombrable editó una antología de sus relatos bajo el título: La vida caprichosa. Con este motivo se dispuso una gira literaria que le llevó por Barcelona, Valencia, Granada, Murcia y Madrid. Y fue precisamente en esta última ciudad, en el Museo Reina Sofía el 17 de octubre de 2003, cuando en compañía del poeta,
entonces también Secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca y de Fernando Arrabal se le rindió un homenaje en una sala colmada. Aunque como luego Arrabal recordaría "no tanto como Molina se merecía". Al acto también asistió el poeta José María de Montells.
Desde su editorial Prensas y ediciones Iberoamericanas prestó a Fernández Molina una esmerada atención, reeditando y favoreciendo la publicación de nuevos títulos.
Fernández Molina era siempre él mismo cuando pintaba, escribía, comía, entonaba una conferencia, se sentaba a tomar un café o se ceñía uno de sus característicos sombreros... Con él las etiquetas terminan por apelmazarse y desprenderse acartonadas por el brillo de su talento. A nuestro modo de ver su estilo rebasa el surrealismo y el postismo. Los géneros literarios y los límites siempre se le quedaron pequeños.
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